09 enero 2009

Día Sábado 10 de Enero
Santoral: Beato Gregorio X, papa
La personalidad de Teobaldo (o Tedaldo) Visconti, que fue papa desde 1272 hasta 1276 con el nombre de Gregorio X, demuestra la verdad de la afirmación de san Pablo: Dios elige lo que es débil al parecer de los criterios corrientes de los hombres, y sabe darle el vigor necesario para llevar a cabo su plan.
Hombre de natural retraído, especialista en derecho canónico, había nacido en Piacenza (Italia) hacia 1210. Nombrado sucesivamente diácono de la catedral de Lyón y arcidiácono de la Lieja, coherente con la conciencia que lo asistía de su escasa experiencia pastoral, rechazó el obispado de su ciudad natal que le ofrecía el papa Inocencio IV.
Sin embargo, la Santa Sede le encomienda más tarde la predicación de una cruzada, con el objeto de recuperar los santos lugares para la cristiandad.
Siendo ya un hombre mayor, recibió en Palestina, donde promovía el movimiento armado, la noticia de su designación como papa. Ordenado en Roma como presbítero y obispo, subió a la cátedra de Pedro el 27 de noviembre de 1272.
En aquellos años se organiza un concilio ecuménico en la ciudad de Lyón, del cual participan los griegos, con quienes no existía ya, desgraciadamente, comunión perfecta.
Las circunstancias políticas favorecieron una declaración de unidad por parte de aquella asamblea sinodal; pero este instrumento tuvo validez efímera, dado que la fórmula adoptada adolecía de imprecisión en sus términos.
Este fracaso de Gregorio X en sus propósitos nos recuerda que la cruz no puede estar ausente en el camino del que sigue a Cristo. El fracaso crucifica los propios esfuerzos y los anhelos íntimos, pero nos conduce a levantar la mirada al Padre y su misericordia.
La unidad que intentó restaurar Gregorio era un bien inapreciable, por el cual pugna el Espíritu de Dios, animando a los que creen en un solo Señor Jesucristo. Pero las motivaciones humanas muchas veces, como esta vez, no están suficientemente purificadas para servir de vehículo eficiente al impulso del Espíritu.
La fugaz reunificación obtenida por el segundo concilio de Lyón ha quedado como memorial de que la unidad es posible entre los cristianos en particular entre los de Oriente y Occidente; pero también de que su autor es Dios y no las conveniencias humanas.
Gregorio X murió, con las palabras del arcángel Gabriel en sus labios, el 10 de enero de 1276. Sobre su vida llena de amor a la oración y a la limosna escribió el papa Benedicto XIV.




Cada época , cada país, cada pueblo, ha convivido con un Santo, que fue un ser humano, que apesar de su condición humana de pecador, quiso agradar a Dios y convertirse para la salvación de las Almas...



Señor Dios, ayúdanos a ser mejores personas cada día
Señor ayúdanos a ser portadores de la Paz...

2 comentarios:

  1. Hola Andrea, me gusta la reflexión que haces al final y ójala sigamos ese camino. Saludos

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  2. Andrea, me voy a hacer seguidor de tu blog ya que me gusta y así sabré cuando haces entradas en él, un beso

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